Es una realidad: las mujeres cobran menos que los hombres. En algunos casos, esta situación llega a producirse incluso cuando se desarrollan las mismas tareas y se debe hacer frente al mismo nivel de responsabilidad. Así, cabe preguntarse cuáles son las razones que hacen que las mujeres cobren menos que los hombres en pleno siglo XXI.
Una realidad que sorprende
Pese a tratarse de algo que no es demasiado complicado de asumir, la realidad es que encontrar cifras sobre esta brecha salarial no es nada sencillo. Debes tener en cuenta para hacerte una idea sobre este asunto que los empleadores son a fin de cuentas los únicos que conocen lo que pagan a cada empleado.
Así, sin que el pagador lo reconozca es complicado estimar adecuadamente dónde se sitúa la brecha salarial. Por otro lado, este reconocimiento comportaría un delito por tratarse de un tratamiento desigual a los trabajadores, algo que puede ser sancionado de forma importante.
Con todo, en la actualidad se están implantando medidas en muchos países. Estas acciones pasan por hacer públicos los sueldos de los empleados e incluso por dar la opción a las mujeres de conocer el suelo de sus compañeros masculinos, una opción que ha tomado fuerza en Alemania en los últimos meses y que podría arrojar un poco de luz al respecto.
Causas que debes tener en cuenta
Pese a que no siempre es fácil de descubrir la brecha salarial entre hombres y mujeres, la verdad es que se trata de un asunto bien estudiado y del que, por lo tanto, se conocen bastantes causas.
Algunos expertos señalan al trabajo parcial como uno de los motivos de esta situación. En determinados países desarrollados, la tasa de mujeres que trabajan de esta forma llega a ser tres veces superior a la de los hombres.
Esto se une a que un empleo parcial suele tener una retribución por horas menor a la que se obtiene en un trabajo a jornada completa que tenga las mismas responsabilidad y atribuciones.
La reducción salarial puede llegar a ser del más del 30 %, por lo que aquí está una de las causas de la conocida brecha salarial.
Por otro lado, y esto siempre que se tomen las cifras sin entrar en demasiados detalles, las mujeres suelen optar a puestos de menor calidad que los hombres.
A ello se une un fenómeno que queda patente gracias a numerosos estudios. Se trata del conocido techo de cristal, una limitación no explícita que impide el ascenso de mujeres a cargos directivos y que, por lo tanto, limita sus opciones para acceder a los sueldos más altos del mercado laboral.
Si bien esta última situación es hipotética, las estadísticas reflejan que su existencia es un hecho bastante marcado, por lo que puede tomarse como una causa más del menor sueldo de las mujeres.
En definitiva, la combinación de todos estos factores es lo que termina creando una situación que debe ser corregida para impedir que las mujeres reciban salarios más bajos ejerciendo las mismas actividades.